Tal y como habíamos acordado, los más locos de la peña nos fuimos a hacer el cabra de forma salvaje en una zona oscura como el carbón. Es increíble como bajan los profesionales por aquellos barrancos. Yo me ví claramente superado por las circunstancias e, incluso, LaBallena que ya había hecho en 3ocasiones me pareció difícil/más rota aunque la bajara toda.
Nos reunimos en la estación 9 bikers (Miquel Àngel, Jua, Troquel, Alfonso, Piecitos, Frenando, Karlitos, Sergio y Zezu) para tomar el tren donde estaba uno de los colegas de trabajo de Jua. Gente con más tablas que nosotros y que algunos ya conocíamos de la salida a LaMolina.
Nos distribuimos por el vagón y charlamos durante el recorrido emocionados y sólo algunos que habían estado allí la semana pasada sabían lo que nos esperaba. Incluso ellos, Piecitos y Troquel, se acongojaron en algunos tramos que yo no seré capaz de hacer en mi vida (creo). Es cuestión de técnica (que puedo mejorar pero dudo que hasta ese extremo), de pelotas (hay que tenerlas de acero inoxidable) y de bici (que ayuda en las recepciones pero que no compraré).
Llegando a Llinars, el compi de Jua recibió una llamada avisándole de que los otros "adjuntos" habían subido en coche hasta la Torre del Moro. Luego seguro que se acordó de sus familiares mientras subía con su pesada bici (una doble pletina de 20Kg) junto a nosotros. Tanto él como Piecitos sufrieron mucho, por diferentes motivos, en la escalada. Troquel, sin embargo, iba ligero con su rígida ya que no había conseguido reparar (creo que para su bien) la pitufa.
Llegando a la estación de Llinars nos pusimos los cascos y mochilas y bajamos del tren "armados" y psicológicamente preparados para la batalla. Empezamos a rodar y, como casi siempre, empezamos mal. Unos decían que a la derecha y otros que a la izquierda con el agravante de que se adelantaron y estábamos unos a un lado de la vía del AVE y otros a la otra pero sin vernos a pesar de haber pocos metros entre nosotros. Me adelanté a ver qué era del otro grupo y, por fin, nos reagrupamos.
Empezamos a subir y empezó el sufrimiento para algunos. Piecitos llevaba un mes en "dique seco" y, aunque había hecho algo de ejercicio suave para ir poniéndose a tono, es el que más sufrió. El colega de Jua sufrió menos porque, aunque su bici era muy pesada, sólo subió con nosotros la primera vez.
Llegamos a la Torre del Moro y allí estaban sus colegas esperando. Nos saludamos, charlamos y nos hicimos un par de fotos del grupo pero allí nos separamos. Ellos querían empezar haciendo la DH y nosotros preferíamos "envenenarnos" primero con la Dragon Khan que empieza a 500m de allí. A pesar de las explicaciones que nos dieron y de su proximidad, no fuimos capaces de encontrar la entrada de la Dragon Khan y decidimos dar la vuelta y seguir el track a rajatabla lo que suponía empezar por la DH.
Puesta general de protecciones y empezamos a rodar por el trazado de la tan comentada carrera. Empezaba suave y podíamos ir entonándonos poco a poco. Llegamos muy bien hasta el final del primer tramo que terminaba en el salto de la pista pero ninguno de nosotros llevaba velocidad siquiera para saltar. Había cierto ritmo pero un grupo de 8 no se mueve al unísono y el efecto "acordeón" se repetía.
Allí nos reagrupamos y empezamos el segundo tramo. Aquí creo que fué Alfonso quien se puso en cabeza con Piecitos en segunda posición. Ya no hacía falta seguir ningún track. Empezamos a tirarnos unos tras otros y la cosa empezó a complicarse. Los actos de fé empezaron a sucederse hasta que, finalmente, vimos a Alfonso y Piecitos bajados de la bici y mirando el primero de los "barrancos" del recorrido. Todos descabalgamos de nuestras bicis a medida que llegamos a ese punto y comentamos el típico "yo creo que por aquí...o por allá...o va a ser que yo lo hago andando". Nos pusimos en fila a lo largo de los muchos metros del inclinadísimo tramo y nos pasamos las bicis de uno a otro para evitar caídas CAMINANDO.
Pero ese sólo era el primer "barranco". Poco después llegamos al doble salto donde Troquel y Piecitos se ubicaron como espectadores en la carrera. Aquello no es un doble salto, es un doble suicidio por lo que viene a continuación. Probablemente, yo me atrevería a bajar uno de ellos sabiendo que tengo donde parar después pero no con otro tremendo detrás...y detrás un enorme e inclinado sendero con surcos por doquier. Hay que tener mucha habilidad y poco aprecio a la vida para tirarse por allí como lo hacen los participantes de la carrera.
Tras bastantes metros caminando, volvimos a nuestras monturas y continuamos el recorrido hasta otro punto roto pero accesible para nuestros conocimientos. Todos paramos a verlo pero nadie se decidía a lanzarse así que Troquel cogió su rígida y se tiró el primero. Llegando no se veía la trazada porque una piedra y la inclinación la tapaban y sabíamos que había otra piedra que la complicaba en el primer metro. Jua y Alfonso bajaron después y nos fuimos animando todos. Sólo Sergio tuvo la mala fortuna de caer y, aunque la repitió con éxito y continuó la ruta, seguro que tiene molestias por el fuerte revolcón. Espero que no sea nada compañero.
Allí nos volvíamos a cruzar con una pista y empezaba el tercer y último tramo que todos bajamos de un tirón hasta cruzar bajo la vía del AVE para reiniciar el ascenso. Aún no íbamos muy cansados pero Piecitos empezaba a poner otra cara en las subidas.
Llegamos por la pista hasta el primer salto que cruzaba la pista y, siguiendo el track que teníamos, empezamos a subir por la trialera que habíamos bajado unos minutos antes. Llegamos de nuevo a la Torre del Moro y allí estaban los colegas de Jua tomándose una cerveza (hay un chiringuito). Estaban asombrados de que hubieramos bajado hasta el final y vuelto a subir en tan poco tiempo. Aunque se ofrecieron a mostrarnos la trazada buena de la DH, les contamos que no habíamos encontrado la Dragon Khan y que lo volvíamos a intentar ahora siguiendo el track. Nos despedimos y continuamos nuestro camino.
Pasamos por pistas que habíamos cruzado antes en su búsqueda, alguna más de una vez, y Frenando dijo que había que bajar por una trialera que a todos gustó. Tenía muchos escalones y raices (en mojado no sé si nos habría gustado tanto) y daba bastante juego. Terminaba en un salto que ninguno hizo en la primera ocasión pero que algunos saltamos la segunda vez que pasamos por allí y es que pasamos hasta 3veces por algunos sitios. De todos modos, las trialeras y senderos que llevaban de un sitio a otro amenizaban mucho el recorrido y menguó la desazón que nos dejó la DH a algunos.
Por fin, llegamos a la entrada de la Dragón Khan y nos tiramos envenenados por la velocidad...pero no era nuestro recorrido habitual y paramos y retrocedimos en un par de ocasiones. A Frenando le costaba verificar el GPS al tiempo que bajaba a fuerte ritmo. Una complicación adicional es la infinidad de variantes que hay por allí. Sergio y Troquel tuvieron sendas caídas por culpa de la mucha arena acumulada.
Llegamos al asfalto por el mismo tramo que hacemos con la peña y volvimos a subir por un sendero en lugar de hacerlo por la carretera. Con un par de excepciones que hubo que hacer andando, amenos senderos y trialeras que nos llevaron hasta la casa de colonias de Canyamàs donde tomamos la carretera que nos llevaría a la entrada de LaBallena. La última trialera del día.
Todos estábamos cansados, Piecitos exhausto, y decidimos parar unos minutos ya que habíamos perdido el tren de las 12h45. Tomamos una barrita, bebimos y hablamos. Allí Piecitos volvió a hinchar su rueda trasera que perdía aire lentamente y así terminar el día sin cambiar la cámara.
Montamos una vez más en nuestras máquinas y empezamos a bajar. Aunque el comentario de Wikiloc de un trazado muy estropeado por la lluvia era del 2011, se había repetido este año porque estaba mucho peor que cuando la hicimos el año pasado. Todas las piedras y raíces sobresalían mucho más que entonces y resultaba difícil seguir una línea recta entre los árboles.
Llegamos al primer pedregal y paramos todos. Pasamos mejor o peor pero continuamos hasta la rampa lateral que hay poco más allá. También estaba mucho más rota que la última vez y todos dudábamos si bajar y por dónde.
Finalmente, Troquel volvió a tirarse el primero y Alfonso y Jua le siguieron por el surco central. Karlitos optó por hacerlo por la parte de piedra del final y lo hizo con suavidad. Frenando y yo también optamos por esa trazada pero hubo para todos los gustos hasta bajar todos.
Retomamos el descenso y aquello se complicó. Ya es normal pero los surcos eran más profundos y estrechos, las piedras sobresalían más y exigía mucha más destreza en cada maniobra. Me sorprendí cuando en una curva que me parecía difícil, sin visibilidad, paso estrecho y profundo surco, subí la rueda delantera con fuerza al lateral para usarlo como peralte y la superé con facilidad. Grité "entusiasmado" a los que me seguían la que me parecía mejor manera de resolver y que Frenando tambien hizo delante mío. Está claro que hay una forma de hacer cada cosa difícil y se requiere esa técnica/experiencia. Tal vez algún día me atreva con la DH que ahora me parece imposible.
Las posiciones se movieron en algún momento, no sé dónde pero no fué por caídas, y gané algún puesto aunque luego le cortaría el rollo a Frenando cuando hice un "recto" donde Troquel cayó el año pasado. El firme estaba muy seco y las ruedas no frenaban en las fuertes pendientes. Frenando apenas tuvo tiempo de parar para no comerme. Recuperada la montura seguimos hacia los toboganes que también estaban cambiados (a peor) y al puente de tablones le faltaba uno (y estaban un poco separados). En el salto final, a pesar de saber que estaba allí, tuve que tirar fuerte del manillar porque había mucha altura por donde salté y no llevaba velocidad suficiente. Otros como Karlitos, lo hicieron por donde menos altura había pero tuvieron que lidiar con el surco que había en la recepción.
Rodamos hasta la estación y, puesto que sólo faltaban 10minutos para el tren, algunos bebieron su cervecita ya que no podían quedarse en Mollet. Para compensar los que sí nos quedamos "ahorramos" mucho en el paki. Los singles empalmamos comprando un pollo y haciendo un germanor hasta las 8.
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